lunes, 6 de junio de 2011

Sobre Beatriz Cecilia, por Estephani Granda Lamadrid


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Beatriz Cecilia en el Foro Cultural Lipotimia, en Orizaba, Veracruz.

"De mis humedades vengo", de Beatriz Cecilia, que el dia de hoy tenemos el gusto de presentar, es un libro principalmente enmarcado por un ambiente bohemio, de tristeza y soledad. Es un libro de fácil acceso para todo aquel que no acostumbra la lectura, lo que dota a este libro de 80 páginas de una fluida sencillez al momento de comenzar a leerlo, sin duda alguna es una buena opción para quienes gustan el tema amoroso y erótico, pues concentra en su interior un sinnumero de pensamientos entorno a encuentros donde la la piel añora el contacto físico, o en donde el amante nunca está presente:
-cito un fragmento-
"y hacerte girar, hasta que no haya más remedio / que abrir mi cuerpo en dos, / para tenerte dentro y acceptarte / como el único amor de verdad/ para compartir mi cama, / el aire, el espacio y el pensamiento."

Con un eje temático en torno a la "común" -pero siempre cuestionable- situación de la mujer con respecto a su género, De mis humedades vengo, nos presenta varias situaciones que se refuerzan en líneas como los siguientes:

"Una vez -un dia- dijeron que el llanto es cosa de mujeres. Y creí"

"Es éste, mi tiempo contigo / Es ser un juguete / del amor (...)"

"Me doy a ti/ me detengo. / Yo soy lo únco que tendrás / Quisiera regalarte mi renuncia/ pero no puedo entregarte/ lo que no poseo."

Beatriz Cecilia nos afirma a lo largo del libro que "Insospechado es el deseo/ que poco tiene que ver con el amor", y tan segura está de lo lejano que se encuentra lo uno del otro que durante todas las páginas podemos encontrar esta insatisfacción al encontrarse sola, y la soledad que se hace enorme al terminar el acto supuestamente de amor, por lo que nos confiesa en otro texto más adelante   "y a pesar de amar tanto / quererte amar una vez más / Sería bueno, digo yo, después de amarte/ no quedar en orfandad" Sin embargo, la voz femenina no puede soltar el ancla hasta este amor que la está dañando, y prefiere llamarlo "esperanza", la cual se le antoja de piedra para volver a tropezar.

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El vacío que queda en la amante luego del supuesto "amor" , da pie a respiros temáticos en el libro, en los que los temas "sociales" y urbanos se hacen presentes, y aciertan con emotivas frases como estas:

"Deberíamos convertir/ el pensamiento en lanza. Y clavarla/ en el corazón mismo del que, a pesar de todo/ nos sigue hablando de amor, de fe / de esperanza"

"La mentira es noticia,/ y la duda nadie la consigna/ El hambre en las calles se mide en cifras / y no hay tinta suficiente para escribir / sobre las verdades"

"A veces, de madrugada, despierto/ anegada en llanto, porque sé vamos a morir/ sin ojos, con huesos rotos y un grito/ doloroso, ahogado en la garganta."

Todo libro es un viaje, y De mis humedades vengo, no es la excepción. Desde el inicio nos sitúa en un café, con la seguridad de los objetos y situaciones cotidianas que le dan seguridad. Liego, nos va llevando por paisajes donde son los cuartos, las habitaciones quienes detienen en sus puertas los relojes y el tiempo que maneja los ciclos vitales, es el polvo que no puede ser vertido en los seres que dañan al personaje femenino que habita y que tiene la necesidad de abrir la puerta y correr, abrir los ojos y abanonar lo cotidiano, y aunque en alguna parte asegura "qué inútiles pasos, qué absurdo viaje, qué hueca historia", logra, finalmente liberarse  en el último texto títulado Ya no cautiva en mi cuerpo, en el cual se siente purificada y sanada por el mar, ese símbolo femenino y fecundo que la protege dentro de un sueño. Beatriz Cecilia se cuestiona:  "Después de todo, mucho después ¿qué sabemos de la muerte? ¿qué entendemos del mar? ¿cómo nos bebemos la vida y malgastamos la sangre? ¿con qué calculamos el tiempo?" Este poema termina este viaje donde la voz femenina se desnuda verdaderamente y se desprende de esas piedras y cuerpo que le dañaban durante las primeras páginas, y en las que por fin encuentra esa entrega verdadera que buscó antes. Es en este texto, donde Beatriz Cecilia es poeta, y termina diciendo: "Me dejaré llevar otra vez/ en vaivén , otra vez dormida, pero esta vez amada."

Muchas felicidades Beatriz Cecilia por tu primer libro.